El opening del tan ansiado y abiertamente publicitado Club One (apadrinado por Promosonica) fue el viernes 4 de abril.
Para empezar el desorden de la fila fue un infierno. Detrás nuestro escuchamos –no, no mae son dos filas - y adelante era –puta sal! estamos en la fila para entrar y no tenemos las entradas-. Gracias a Dios estábamos en la fila correcta y pude organizarme con mis amigos para que solo una persona comprara las entradas y no agregáramos estrés al molote. Quede en shock al ver que el don que me atendió estaba usando el sistema más primitivo de sumar dinero: sus dedos. Estoy segura de que Promosonica tiene plata para un ábaco.
Después de 1 hora (más o menos) pudimos entrar. Mis amigos venían muy emocionados. En Costa Rica (y en el mundo) una fila larga significa que el lugar es “hot”; como hacen en Club Oh, Prive etc…
Según Promosonica el club debía tener un feeling underground garage y fue mas bien un feeling de ex-salsa club con telas de colores en sus paredes. Al entrar, chocabas inevitablemente con una enorme maceta de cemento, para que no se viera directamente adentro, esto solo me hacia recordar que ese lugar antes era prácticamente una cantina. Seguías caminando y a la izquierda estaban los servicios sanitarios de un rosado pálido espantoso, aunque debo admitir que bastante grandes.
La música era de Melissa O. que no captaba que la gente ya se estaba durmiendo por que seguía con el mismo beat desde que entre hasta el cambio de DJ. Para futuras referencias, Melisa debe de quedarse confinada estrictamente a un VIP lounge (como por ejemplo el de Club OH!), para que la gente hable con tranquilidad mientras ella trabaja.
El único bar estaba llenísimo y no había por donde entrarle para pedir una "fría". Nuestra única salvación fue una hielera justo a la par de las mesitas cerca de la entrada en donde había que pegarle un grito al "mae con la camisa con el logo del club" con tu pedido de birra justo como hacemos en los mercados. (pongo “mae con la camisa con el logo del club” en ves de bartender, por que ningún bartender que se respete trabajaría detrás de una hielera, así que por ende asumo que el no era bartender)
Después de darle un sorbo a mi cerveza tibia buscamos un "spot" en donde instalarnos y allí fue cuando deje a mis compitas un rato, para hecharle un vistazo al VIP. Creo que esto fue una de las cosas que mas me gusto: sillones bastante cómodos y con un olorcito a canela, muy amplio (unas 8 mesas mas o menos), no había mucha gente ya que la “modesta” suma de $30 dólares no estaba tan a disposición del pueblo, también bar propio y gente guapa.
La razón de volverme a mezclar con los mortales (jeje) fue para mi la razón principal de asistir a dicho evento: DJ Lawrence Casal. Y creo que fue para muchos, ya que después de un muy dudoso “belly dance” acargo de una chica que durante todo el baile parecía encandilada por la fuerte iluminación (los gringos le llamarían “deer in headlights”) Casal salio como de debajo del podio con una energía que nos contagio a todos.
Yo tenía una teoría de que la gente se vuelve loca con la música electrónica y empiezan a bailar rarísimo, como si estuvieran escuchando un ritmo totalmente diferente al del resto de la gente. Esa noche mi teoría se convirtió en una realidad. Pero todo fue resultado del “efecto Lawrence” así que los perdono.
Muy por fuera de lo socialmente correcto muchos empezaron a desnudarse, olvidando que ese era el trabajo de las primeras chicas que aparecieron en el escenario. Y hablando de ellas…tengo un consejo para Promosonica: No contraten a bailarinas que claramente van mas acorde con sitios como Terra U y los toldos Imperial en época de fiestas de Zapote. Por favor tomen en cuenta que tienen en sus manos un público conocedor.
La mayoría de la gente que asistió eran personas que por lo menos habían estado en algún “reif” en Tamarindo o en las constantes fiestas electro-playeras de Jaco. Los amantes (o por lo menos los "stockers") de la buena música electrónica tenían los ojos puestos en ustedes y visualmente hablando el lugar dejaba mucho que desear.
Por suerte después de varias encuestas al azar, aquí les van unas magnificas ideas directo desde las mentes de sus propios clientes: solo usen a las bailarinas de Club Oh (o similares) "son el éxito!" dijo un amigo, pongan un motor medio destartalado guindando del techo, también sillas y mesas de acero con aspecto viejo, menos luz, mas humo (o en su efecto: algo de humo, porque no hubo), un carro viejo pero que sea "vintage" al borde de caerse en pedazos en medio de la pista, pinten el lugar de azul marino medio brilloso para que se vea oscuro pero que resalte, una bar mas para la sección de entrada general, quiten de una vez por todas el bendito piso de madera y finalmente no dejen que la gente se quite la ropa!, especialmente si sus cuerpos no son agradables a la vista.
No se si me entienden, lo que queremos es que Club One parezca un viejo deshuesadero abandonado, talvez hasta puedan poner botellas de aceite aquí y allá para dar la idea.
En fin, yo me divertí y mis amigos también. Le veo esperanza a Club One. En serio. Discúlpenme si los ofendí, esto no viene tanto de mi, sino de la gente que asistió al evento. Lo que dije lo digo para que mejoren, no para que cierren. Aclaro.
By Heika.
Gracias a mi “new family” el Mex, Ale y Leo los amo!!!! también a Pollo, Cookie, Cali, Larry, Dani, Pablo y todos lo que dieron su valiosa opinión. Los kiero!!